La educación secundaria en Argentina, originalmente pensada para las élites, ha experimentado una expansión significativa a lo largo de los años. Con la Ley de Educación 26.206 de 2006, la obligatoriedad del nivel sentó las bases para un escenario educativo más inclusivo, abriendo paso a nuevas demandas, formas de enseñanza y aprendizaje que contribuyeron al desarrollo cultural y la cohesión social. Sin embargo, a pesar de esta evolución, la escuela secundaria aún arrastra rasgos de su matriz de origen que obstaculizan el recorrido de muchos estudiantes, especialmente aquellos en situaciones de mayor vulnerabilidad socioeconómica.
Leé la nota completa de Pedro Núñez, Diego Piedrabuena y Vivian Muga en La Vanguardia.