En la Argentina, la pax cambiaria, generalmente transitoria, es el activo más importante de las propuestas de consenso económico que van desde el centroderecha hasta la ultraderecha del espectro político.

El precio de la divisa norteamericana es, al mismo tiempo, un dato que permea el sentido común y un arma disciplinante en un país donde la tensión distributiva de ingresos y de poder entre el bloque social que representa al capital concentrado y el agrupamiento de fragmentos empresariales y de diversas formas de trabajo que conforma el bloque popular es un dato secular de la política.

Leé la nota completa de Adrián Rojze en Página 12.